Estos dos países vecinos, hermanados por los sufrimientos del pasado siglo ambos, en fase de desarrollo, comunista uno y monarquía parlamentaria el otro. Unidos por un gran río, el Mekong, por religiones, costumbres, y demás, los englobamos en un binomio a la hora de organizar un viaje a la antigua Indochina.
Con 85 millones de habitantes uno y con sólo 14 el otro, aunque en superficie Vietnam dobla a Camboya.
Es Vietnam en sí un pequeño continente, en el que se puede sufrir frío infernal (Hanoi) o un calor tropical el mismo día (Saigón), ambas capitales, Una del país en el Norte, y otra la antigua capital del sur, capital financiera y emprendedora, la obrera, con modernas fábricas que enriquecen el país.
El sur y el norte, hermanados por una Costa sinigual en el Mar de China meridional. Paraísos naturales como la bahía de Halong, en la parte noreste de Vietnam, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con sus miles de islotes rocosos, que agujerean al cielo, con bonitas cuevas, playas y una población que vive del marisqueo y del turismo, sobre sus casas flotantes.
Es imperdonable el conocer HALONG sin experimental la sensación de dormir a bordo de algunos de sus magníficos juncos de madera, muy bien acondicionados, que permiten cruceritos cortos y privados, menús a base de mariscos. Un auténtico lujazo, el silencio, la luz del cielo y estrellas, la puesta de sol, el suave balanceo, el viento, el mar, el amanecer a bordo, la cola del dragón que desciende al mar , y tú…
Entre la Bahía de Halong y Hanoi no hay mucha distancia. Pero ese tráfico irregular, pesado hace que lleve unas tres/cuatro horas por carretera. Al igual ocurre en todo el país.
Si desea visitar la zona central, con ciudades como Hoi An y Hué, Patrimonio de la Humanidad. Para visitarlas y no experimentar la sensación de pérdida de tiempo, aconsejamos usar los vuelos domésticos por el país. Muy económicos.
Es HANOI con cuatro millones de habitantes la capital del país, cuna del revolucionario y líder comunista que consiguió unificar al país. Ho Chi Min, adorado héroe, cuyo Mausoleo y Casa donde vivió se visitan. Ambos edificios contrastan, la casa, modesta, simple, sin lujos y sin embargo a su muerte, el mausoleo se asemeja a las grandes construcciones funerarias soviéticas. Opulencia, grandiosidad y mucho cemento y mármol en explanadas preparadas a las Paradas militardes y grandes concentraciones de personas. El cuerpo embalsamado nos recuerda irremediabalemente al de Lenin en la Plaza roja.
La ciudad construida a orillas del Río Rojo está edificada entre apacibles lagos, que conforman variados barrios, residenciales, de estructura colonial, Templos como el de Jade donde la tranquilidad impera, el Barrio antiguo, al que puede accder en un peculiar ciclo tour, por sus perpendicualres calles. Asistir a una representación de marionetas sobre el agua, o visitar la Pagoda de un solo pilar, o el antiguo Templo de Quan than, el museo de la Literatura, etc…
Comidas exóticas, vetadas al paladar occidental son ofrecidas de manera popular. Ej. La aldea de bares con comida a base de serpiente, etc. O de tarántulas, ranas, todo tipo de pájaros e insectos. En Vietnam al igual que la vecina y omnipresente China se come todo lo que repta, anda, corre y vuela, excepto los aviones…
Una lengua propia, tonal. Cada palabra ocupa una única sílaba, hace que el martilleante sonido de una conversación, sea casi musical. El vietnamita usa actualmente el alfabeto latino, loq ue nos permite localizar bien direcciones y números. Sabía que la palabra VIET NAM significa: El Pueblo Nam. Un pueblo formado por diferentes tribus, donde destacan los Sapa en el norte, entre otros.
En el sureste vietnamita encontramos otra maravilla natural de este mundo: El delta del Mekong. Este río que nace en Tibet, y recorre India, Myanmar, Laos, Camboya y des Phnom Penh se divide en dos para morir en Vietnam, en la costa del Mar de China Merididonal, o sólo Mar Meridional como ellos dicen.
Es el Mekong un maná que provee año tras año a millones de personas de estos países con sus aguas, con sus inundaciones, que hacen prosperar las cosechas del arroz, fuente primordial de la subsistencia en indochina, con extensas plantaciones y variedades. Sus mercados flotantes, hospitalarios, muy coloridos, los comerciantes muy educados y hacendosos, con la sonrisa perenne y con las vestimentas tradicionales invitan a subir en una barca y recorrer algunos de los canales de este río, llamado también de los nueve dragones, en su desembocadura en VIHN LONG O CAN THO.
Pequeños islotes permiten el cultivo de riquísimas y tropicales frutas. Jardines de ensueño con flores increíbles, antiguas mansiones coloniales de época francesa se usan para mostar danzas y cantos vietnamitas. Otras ofrecen comidas tradicionales al aire libre. O la experiencia de vivir dos días siguiendo los métodos de vida del delta. Pesca, agricultura y comercio. Otro auténtico lujo.
De regreso a HO CHI MIN CITY, encontramos Templos Budistas que es así el nombre actual, el oficial de nuestra conocida SAIGÓN, a orillas del Mekong y que cuenta con una población de unos 9 millones de habitantes, que se mueven ruidosamente en motos.
El guiness de motos por habitante estoy seguro que lo ostenta una ciudad de Vietnam. Es increíble, no se puede describir como un tráfico caótico puede subsistir sin miles de personas muertas en accidente más. Un auténtico espectáculo.
Hay que probar una cenita en algún barco restaurante en el puerto del Mekong, visitar su Museo Nacional y el europeizado centro de la ciudad, además del cosmopolita mercado BEN THAN. Para paladares más atrevidos el Museo de la Guerra, o bien el cercano Cu Chi, con los famosos túneles, exponentes sobre el terreno de la interminable guerra de guerrillas contra USA, excavados en las blandas orillas del terreno de jungla y que ofrecieron el flanco fantasma de un enemigo, que la selva engullía literalmente.
Dada la cercanía geográfica, las buenas relaciones entre los países y las fantásticas conexiones aéreas y marítimas, CAMBOYA se puede convertir en un destino anexo al viaje a VIETNAM. Por ejemplo sugerimos el vuelo y posterior estancia en SIEM REAP, la cada día más populosa ciudad cercana a esa maravilla Patrimonio de la Humanidad, que suponen los conjuntos monumentales de ANGKOR.
Descubiertos por casualidad por exploradores coloniales, engullidos por la selva implacable- SIEM REAP es una moderna ciudad que vive eminentemente del turismo. No en vano los 10 kms que la separan del aeropuerto internacional, se hallan repletos de hoteles de lujo, uno junto al otro, recibiendo al visitante y llevándole a conocer la ciudad. Sobre todo por la noche. La calle principal nos da la impresión de estar situada en cualquier ciudad veraniega europea. Las constantes inversiones internacionales, principalmente de Japón y Corea han modernizado este remanso de quietud y de cultura, que nos ofrece unos contrastes que nos hacen recomendarla sin duda.
No se prive de probar los masajes tradicionales a precios ridículos. En los hoteles o en cualquier establecimiento por la calle. Pruebe como quedan sus pies aliviados tras masaje de una hora, después de un día completo caminando por la jungla de Angkor.
ANGKOR significa en sánscrito ciudad y WAT pagoda. Así el célebre ANGKOR WAT sería la Pagoda de la ciudad. Cientos de templos entre altísimos árboles se encuentran en sus cercanías, destacando Angkor Thom, la ciudad real intramuros de forma cuadrada que construyera JAYAVARMAN VII rey del imperio jemer, a finales del S. XII. Templo Bayon, Templo Phimeanakas, la Terraza de los Elefantes, etc. Se puede acceder a los templos en tuk- tuk, en bici, elefante, coche o andando, si uno es capaz de soportar el intenso calor casi ecuatorial. En uno de ellos, Templo Tah Brohn se rodó la famosa película de la Jolie, TOMB RAIDER.
Aconsejamos hacer por carretera el trayecto entre SIEM REAP y la capital del país PNOMH PENH. Con pequeñas paradas para visitar aldeas, con gentes que viven en chozas construidas sobre pilares, para prever las inundaciones y evitar la humedad, guardar el grano y cuidar de sus animales. El búfalo de agua es la bestia de tiro mejor adaptada a las condiciones pantanosas de Camboya y campa por doquier. Aldeas típicas se levantan cerca de los arrozales. Algunas muy preciadas por los locales para comprar y degustar tarántulas sofritas, grandes como puños y negras como el alquitrán, que al parecer es un excelente manjar. O los capullos de orugas gigantes, saltamontes, escarabajos y otras delicias. Amén de excelentes zumos naturales y frutas exóticas.
La bienvenida a Pnomh Penh, la capital de Camboya, nos la vuelve a dar el Río Mekong. No en vano, en sus riberas está construido el magnífico Palacio Real, y la Pagoda de oro residencia de la monarquía camboyana. El actual rey es soltero y al parecer no se le espera descendencia.
Pnomh Penh guarda una atractiva arquitectura colonial con amplios bulevares, con ruidosas cafeterías y restaurantes. Visita obligada es el Museo nacional con importantes muestras del arte jemer de Angkor, La Pagoda de la Colina, en cuyos árboles habitan mandriles y murciélagos vampiros, que se alimentan de fruta y que tienen un tamaño considerable. El Mercado Rusia o el Mercado Central harán las delicias de los compradores. Una vez más el Euro crece en estas tierras.
Por último no deje de visitar alguno de los restaurantes en las riberas del mekong, donde pescados y mariscos harán que sus paladares se deleiten. Recorra las aguas del río a bordo de los barcos al efecto y déjese llevar por la hospitalidad y amabilidad camboyanas. SAWAKUM en CAMBODIA.
Vicente Pérez Basanta
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